Cuestiones medioambientales y tortugas marinas

Cuestiones medioambientales y tortugas marinas
En busca de mayor comodidad y riqueza, la humanidad gravó el medioambiente mundial de muchas maneras, hasta el punto de que la recuperación parece casi imposible. Esto también afectó a las tortugas marinas y amenazó su propia existencia.

Las playas arenosas ya no son seguras para los nidos
Para que las tortugas marinas puedan poner huevos, el lugar de anidación debe cumplir los requisitos de una zona segura. Se trata de una zona en la que los huevos no se sumergen ni se ahogan en el agua durante unos dos meses, desde que se ponen hasta que eclosionan, momento en que las tortuguitas salen del nido. El nido debe poder recibir oxígeno para que las tortugas en desarrollo puedan respirar. La temperatura y la humedad deben mantenerse dentro de unos márgenes específicos. La profundidad del nido debe ser de 40 a 60 cm (de 16 a 24 in). Si es demasiado poco profunda, los huevos mueren por exceso de calor. Además, la zona circundante no puede tener demasiadas plantas, ya que las raíces dificultan la salida de las crías.

En los últimos años, hay cada vez menos zonas privilegiadas de anidación. Se construyeron carreteras y edificios directamente detrás de las playas. Se redujeron o represaron los ríos que transportan arena río abajo y la depositan en las playas. Asimismo, se estrecharon las playas de todo el país. Se instalaron revestimientos, bloques de hormigón, etc., como medidas para proteger las zonas de las olas y los tsunamis, pero dificultan el acceso de las tortugas a la costa. Independientemente de que la playa en sí siga siendo segura, las hembras dispuestas a poner huevos siguen manteniéndose alejadas.

Captura accesoria
Cuando en las artes de pesca se capturan animales distintos de las especies objetivo, esta acción se denomina “captura accesoria”. Como las tortugas marinas tienen pulmones y deben respirar aire directamente, si quedan atrapadas en redes o sedales y no pueden alcanzar la superficie del agua, mueren.

La captura accesoria es una de las amenazas más graves a las que se enfrentan las tortugas marinas. Por ejemplo, se calcula que, como mínimo, 5,000 tortugas bobas murieron ahogadas por año debido a la pesca de arrastre de camarones en Estados Unidos en la década de 1980.
Para evitar más daños a la población de tortugas, Estados Unidos tomó medidas con el fin de reducir las capturas accesorias. Se hizo obligatorio que todas las redes de arrastre de camarones instalaran dispositivos que permitieran a las tortugas marinas escapar. Con ello, se redujo en gran medida la cantidad de ahogamientos de tortugas bobas y caguamas, y, como consecuencia, la cantidad de hembras ponedoras se recuperó poco a poco. En la pesca del atún con palangre, la forma de los anzuelos y el cebo se modificaron con éxito para reducir las capturas accesorias. En Japón, la Agencia de Pesca, etc., fabricó un dispositivo para liberar a las tortugas marinas atrapadas en redes de arrastre de media y baja capa, y hay planes para ponerlo en práctica y distribuirlo.

Contaminación lumínica
Para las tortugas hembra, el exceso de luz artificial de las playas es una molestia, por lo que evitan acercarse a la costa a poner huevos. No obstante, para las crías de tortuga, la contaminación lumínica puede ser mortal.

Esto se convirtió en un grave problema en Florida, una importante zona turística de EE. UU. conocida por la puesta de huevos de tortugas marinas. Para hacer frente a este problema, en la década de 1990 se tomaron medidas en cumplimiento de la normativa estatal, como apagar o apantallar las luces. Sin embargo, en Japón, no solo hay falta de interés e insuficiente concientización, sino que el reciente aumento de la iluminación LED puede estar agravando el problema. Por otro lado, las tortugas marinas son menos sensibles a la luz roja, y los LED pueden adaptarse con facilidad a ese espectro de color y reducir su intensidad. La prefectura de Tokushima, donde se desarrolló por primera vez el LED azul que permitió la creación de los LED blancos, espera ser un modelo de coexistencia entre la luz artificial y las tortugas marinas. La ciudad de Minami también está adoptando medidas para reducir la contaminación lumínica.

Repercusiones de la luz artificial
● Las tortugas evitan las zonas donde la luz parásita llega a las playas y donde las luces de la ciudad iluminan el cielo nocturno.
● Las crías se confunden fácilmente con la luz artificial hasta la mañana y, por eso, se convierten en presa fácil de otros animales. Las que, por fin, llegan al mar ya habrán gastado más tiempo y energía, lo que reducirá sus posibilidades de supervivencia.

Actividades defectuosas de conservación
En ocasiones, las actividades bienintencionadas de conservación de las tortugas marinas tuvieron efectos negativos. Por ejemplo, la liberación de tortugas recién nacidas durante el día puede reducir las posibilidades de supervivencia de las crías.

En condiciones naturales, las tortugas recién nacidas evitan los días calurosos y de mucho sol, y se dirigen al mar por la noche, cuando hay menos enemigos procedentes de la naturaleza. Luego, nadan sigilosamente entre los depredadores sin detenerse hasta llegar a mar abierto. Pero ¿qué ocurre con las crías que se liberan mediante estas actividades? Tras gastar energía esperando, a veces durante días, hasta su liberación, las crías más débiles corren más riesgo de que los depredadores las vean y cacen a plena luz del día. A la hora de proteger a las tortugas marinas, es importante conocer bien diversos factores para evitar que se conviertan en un obstáculo para su supervivencia.

Contaminación por plásticos
El plástico que se usa en la vida cotidiana y, luego, se tira a la basura suele acabar en el océano, lo que repercute de forma negativa en los ecosistemas marinos. El plástico que contamina el océano es peligroso para muchas criaturas marinas, y las tortugas marinas no son la excepción. Pueden quedar atrapadas en redes de pesca desechadas y ahogarse, o comer por error bolsas de plástico y dañar su tubo digestivo.

Asimismo, el plástico expuesto a los rayos ultravioleta se degrada en pequeños trozos y, luego, en micropartículas, y absorbe diversas sustancias nocivas que se acumulan en el mar. Si la tortuga come plástico, estas sustancias nocivas se concentran poco a poco en el cuerpo. Si bien puede que no muera de inmediato por comer plástico o micropartículas de plástico, con el tiempo su salud comenzará a empeorar de forma gradual. Las tortugas crecen con lentitud, por lo que se teme que su salud sufra graves daños a largo plazo.

Calentamiento global
A medida que aumenta la temperatura global, también lo hace la de los nidos de tortuga, lo que disminuye la tasa de eclosión y la cantidad de crías que abandonan el nido. Dado que la determinación del sexo de las tortugas depende de la temperatura, también supone mayores desequilibrios entre sexos porque nacen menos machos. Asimismo, el aumento del nivel del mar amenaza con inundar los nidos de tortuga y ahogar los huevos.

En el pasado, a medida que aumentaba el nivel del mar, se formaban nuevas playas arenosas tierra adentro. No obstante, en la actualidad, hay muchos diques, por lo que ya no hay lugares alternativos para anidar. Todos estos factores aumentan el riesgo de extinción al que se enfrentan las tortugas marinas.