Aumento de la vitalidad de la ciudad con tortugas marinas

La ciudad de Hiwasa intentó coexistir con las tortugas. Para ello, creó un equipo de conservación destinado a supervisar y proteger a las hembras que ponen huevos, y, al mismo tiempo, fomentar el turismo como actividad principal.

Las tortugas marinas como fuente de turismo

Para aumentar la vitalidad de la ciudad, el gobierno local decidió fomentar el turismo con las tortugas marinas. En 1964, se construyeron, junto al acuario, unos alojamientos llamados Umigame-so para que los visitantes pudieran ver a las tortugas marinas salvajes llegar a la costa y poner huevos en la playa de Ohama. El plan dio sus frutos: cada año, se recibía a alrededor de 15,000 turistas. Fue un ejemplo muy temprano de lo que llegó a conocerse como “ecoturismo”.

Sistema de patrullas y ordenanza de protección
En 1967, la ciudad dispuso que guías de conservación patrullaran la playa de Ohama, observaran la anidación de las tortugas y realizaran estudios sobre esta. A pesar de ello, disminuyó de forma gradual la cantidad de tortugas que llegaban a la costa. En 1973, la ciudad celebró reuniones con especialistas y partes interesadas para debatir posibles soluciones. Como consecuencia, se cerró la playa por la noche, se restringieron las luces de la zona y se aplicaron procedimientos de observación más estrictos. En 1995, la ciudad promulgó su propia ordenanza de protección de las tortugas marinas, que fomentaba tanto los esfuerzos de conservación de las tortugas como las visitas turísticas.

Sistema de patrullas y ordenanza de protección
En 1967, la ciudad dispuso que guías de conservación patrullaran la playa de Ohama, observaran la anidación de las tortugas y realizaran estudios sobre esta. A pesar de ello, disminuyó de forma gradual la cantidad de tortugas que llegaban a la costa. En 1973, la ciudad celebró reuniones con especialistas y partes interesadas para debatir posibles soluciones. Como consecuencia, se cerró la playa por la noche, se restringieron las luces de la zona y se aplicaron procedimientos de observación más estrictos. En 1995, la ciudad promulgó su propia ordenanza de protección de las tortugas marinas, que fomentaba tanto los esfuerzos de conservación de las tortugas como las visitas turísticas.

Designación como monumento nacional
En reconocimiento a los esfuerzos continuos de la escuela secundaria de Hiwasa y la ciudad, las tortugas y sus zonas de anidación en la playa de Ohama fueron designadas de manera oficial monumento natural japonés en 1967. Fue una primicia en lo que respecta a tortugas marinas. Con esta designación, la legislación nacional ahora protege la playa de Ohama y las tortugas marinas que la visitan. Si bien esto era muy importante, la ciudad esperaba que la designación especial no se limitara solo a la playa de Ohama, sino que se extendiera a toda la especie de tortuga boba.

Creación del Museo de la Tortuga Marina de Hiwasa
En 1985, la ciudad construyó el Museo de la Tortuga Marina de Hiwasa en el mismo lugar que el acuario. Con el museo, se pretendía investigar las tortugas marinas y compartir conocimientos sobre ellas, además de fomentar la sólida concientización medioambiental en la próxima generación. Por ejemplo, el museo destina una parte del dinero de las entradas para apoyar actividades educativas de la escuela secundaria de Hiwasa, lo que ellos llaman “retribución por las tortugas”. Además, el museo recibe a niños de todo Japón para que participen en la Escuela de Verano de la Tortuga Marina (Sea Turtle Summer School).