Donde la tierra y el mar se encuentran

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Este paisaje está grabado profundamente en nuestros recuerdos.
En la primavera, las flores rosas se abren y los estudiantes disfrutan su almuerzo al aire libre.
En el verano las tortugas madre llegan a la orilla para traer nueva vida y las personas se maravillan con los misterios de la naturaleza.
En el otoño comienzan las eclosiones a la luz de la luna mientras la furia de la naturaleza lanza olas tifónicas contra la playa.
Se agradece en altares itinerantes y con tambores taiko por la pesca y cosecha abundantes y grandes multitudes disfrutan la atmósfera del festival.
En invierno, los adultos oran ante el reflejo del amanecer Daruma como personas recién llegadas a la adultez y los cometas de los niños adornan el cielo.
Que esta playa siembre sea un hogar para todas las criaturas en la danza de la vida.