¿De qué manera las tortuguitas marinas saben qué dirección tomar para llegar al mar?”,

Investigación conductual

“¿De qué manera las tortuguitas marinas saben qué dirección tomar para llegar al mar?”, preguntaron los alumnos. “¿Qué sentidos usan para no perderse?” Para responder estas preguntas, los alumnos llevaron a cabo experimentos con tortugas recién nacidas. Crearon su propio equipo experimental para determinar qué condiciones afectaban la dirección en que se desplazaban las tortugas. A partir de los resultados, los alumnos se dieron cuenta de que las tortugas se sentían atraídas por la luz. Llegaron a la conclusión de que “como el océano es más brillante que la tierra, las tortugas van en esa dirección. No se pudo identificar ninguna otra observación concluyente”.

Método experimental
Con el fin de armar el equipo que se usó en ese momento para llevar a cabo el experimento, los alumnos tomaron objetos que había en la escuela secundaria. Por ejemplo, llevaron una mesa de pimpón al medio del aula. Después de cubrir la mesa, colocaron aproximadamente 2 cm (0.8 in) de arena encima de ella. Una tras otra, las tortugas recién nacidas fueron dispuestas en el centro de la mesa del aula completamente a oscuras. Entre las variables, se incluyen la inclinación de la mesa, la dirección del viento, el sonido de las olas del mar y la luz. Asimismo, orientaron a cada tortuga en cada una de las cuatro direcciones: norte, este, sur y oeste. Registraron el comportamiento de las tortugas, que se confirmó mediante las huellas en la arena.

¿Y la dirección del viento?
Colocaron algas frente a un ventilador en el lado oeste de la mesa y soplaron una leve brisa hacia las tortugas. Cuando miraban hacia el norte y el este, las tortugas se dirigían al norte; cuando miraban hacia el sur, se dirigían al sur, y cuando miraban hacia el oeste, se dirigían al oeste. En consecuencia, determinaron que la dirección del viento no era un factor.

¿Y la inclinación?
La mesa de pimpón estaba inclinada unos 15 grados, con el lado este más bajo. Cuando las tortugas miraban hacia el norte, giraban de inmediato y se dirigían hacia el sur. Cuando miraban hacia el este o el sur, se dirigían hacia el sur. Cuando miraban hacia el oeste, giraban bruscamente a la izquierda, daban una vuelta completa en el centro de la mesa y se dirigían al norte. Dado que cada movimiento variaba, determinaron que la inclinación de la arena no era un factor.

¿Y el sonido del océano?
En el lado oeste de la mesa, reprodujeron una grabación de olas marinas.
Cuando miraban hacia el norte o el este, las tortugas se dirigían al sur; cuando miraban hacia el sur o el oeste, se dirigían al norte. A partir de ahí, determinaron que el sonido del océano no afectaba la dirección en la que se dirigían las tortugas.

¿Por qué elegían el norte o el sur?
En cuanto a la dirección que tomaron las tortugas durante las pruebas de dirección del viento, inclinación de la arena y sonidos de las olas, cinco se dirigieron al norte, seis al sur, una al oeste y ninguna al este. Surgió la pregunta de por qué las tortugas elegían el norte y el sur. En cuanto al equipo y el entorno, el aula tenía ventanas de vidrio al norte y al sur. Aunque estaba completamente a oscuras para los ojos humanos, quizá los ojos de las tortuguitas aún podían percibir la leve diferencia de luz. Gracias a esta teoría, se realizaron experimentos sobre el efecto de la luz.

La influencia de la luz
Para probar las condiciones de la luz, los alumnos colgaron una cortina oscura en la pared norte del aula y una cortina blanca en la pared sur. Debajo de la mesa, colocaron una luz que se reflejaba en la cortina blanca hacia el sur. En estas condiciones, posicionaron a cada una de las 15 tortugas en cada dirección (norte, este, sur y oeste) para observar su comportamiento. Del total de 60 desplazamientos, las tortugas se dirigieron 58 veces hacia el sur y 2 hacia el oeste. De esta manera, se confirmó que las tortugas se dirigían en dirección a la luz.